La Iglesia es un pueblo creado por Dios en Cristo Jesùs, llamado y enviado en el poder del Espìritu Santo, para dar testimonio de la actividad creadora, redentora y santificadora de Dios en el mundo. Para participar en la misiòn de Dios, esta Iglesia habrà de:
Adorar a Dios Padre, Hijo y Espìritu Santo, y a El solamente, en espìritu y en verdad, pùblicamente y privadamente, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, y sòlo por medio de su Hijo Jesucristo.
Proclamar el Evangelio de la salvaciòn de Dios y la justificaciòn por gracia por amor de Cristo, sòlo por la fe, de acuerdo al testimonio de las Sagradas Escrituras, y el poder del Espìritu Santo.
Instruir a los miembros de la Iglesia de Dios en las Sagradas Escrituras, para que desarrollen una vida de obediencia bajo el señorìo de Jesucristo, y con la guìa del Espìritu Santo asuman su compromiso cristiano con la Iglesia y con el mundo.
Vivir la comunión cristiana en la adoración a Dios, la edificación mutua, el socorro público y privado de los unos a los otros, y extendiendo esta comunión, según Dios presente oportunidad, a todos aquellos que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.
Servir al prójimo en respuesta al amor de Dios, para subsanar necesidades humanas, abogando por la dignidad y justicia para todos, identificándose con los pobres e indefensos y comprometiéndose asimismo con sus necesidades.
Adorar a Dios Padre, Hijo y Espìritu Santo, y a El solamente, en espìritu y en verdad, pùblicamente y privadamente, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, y sòlo por medio de su Hijo Jesucristo.
Proclamar el Evangelio de la salvaciòn de Dios y la justificaciòn por gracia por amor de Cristo, sòlo por la fe, de acuerdo al testimonio de las Sagradas Escrituras, y el poder del Espìritu Santo.
Instruir a los miembros de la Iglesia de Dios en las Sagradas Escrituras, para que desarrollen una vida de obediencia bajo el señorìo de Jesucristo, y con la guìa del Espìritu Santo asuman su compromiso cristiano con la Iglesia y con el mundo.
Vivir la comunión cristiana en la adoración a Dios, la edificación mutua, el socorro público y privado de los unos a los otros, y extendiendo esta comunión, según Dios presente oportunidad, a todos aquellos que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.
Servir al prójimo en respuesta al amor de Dios, para subsanar necesidades humanas, abogando por la dignidad y justicia para todos, identificándose con los pobres e indefensos y comprometiéndose asimismo con sus necesidades.
